Muerto por la Libertad de Cuba.



 Wilman Villar, de 31 años, ha muerto. Tras una huelga de hambre de 50 días ha fallecido en un hospital de Santiago de Cuba este disidente. En Noviembre del año pasado había sido condenado a cuatro años de prisión- y las prisiones de Cuba son infernales- por desacato, es decir, intentar decir lo que pensaba.
 La viuda del resistente, Maritza Pelegrino, denunció que lo dejaron morir y que deja dos niñas, de cinco y siete años. Los médicos, siguiendo ordenes superiores, no intentaron reanimar a Wilman en ningún momento, ni combatir su neumonía, ni las infecciones graves de hígado y riñón.En vez de ello fué ingresado en una celda de castigo. Cuando otros disidentes intentaron protestar por esta muerte, fueron objeto de palizas por parte de la siniestra Seguridad del Estado y de los fanáticos de los CDR.
 Todo recuerda el caso reciente de Zapata Tamayo, que pagó con su vida, también, el desafío a la dictadura de los Castro.
 Va a hacer doscientos años desde que unos españoles libres, de ambos lados del Atlántico, decidieron hacer una Constitución cuyo artículo 1.2 decía:
 " la Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona."
 Doscientos años después, en algunos territorios de la antigua España Americana, nuestros hermanos padecen la vergüenza de ser patrimonio de familias como los hermanos Castro. Sirva como modesto homenaje a Wilman Villar los inmortales versos de Martí

Yo quiero cuando me muera,
sin patria, pero sin amo,
tener en mi losa un ramo
de flores, ¡y una bandera!

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