Se me permitirá que antes de referir el gran suceso de que fui testigo, diga algunas
palabras sobre mi infancia, explicando por qué extraña manera me llevaron los azares
de la vida a presenciar la terrible catástrofe de nuestra Marina.
Al hablar de mi nacimiento, no imitaré a la mayor parte de los que cuentan hechos
de su propia vida, quienes empiezan nombrando su parentela, las más veces noble,
siempre hidalga por lo menos, si no se dicen descendientes del mismo emperador de
Trapisonda. Yo, en esta parte, no puedo adornar mi libro con sonoros apellidos; y
fuera de mi madre, a quien conocí por poco tiempo, no tengo noticia de ninguno de
mis ascendientes, si no es de Adán, cuyo parentesco me parece indiscutible. Doy
principio, pues, a mi historia como Pablos, el buscón de Segovia; afortunadamente,
Dios ha querido que en esto sólo nos parezcamos.
Episodios Nacionales: Trafalgar (1873)
¿Te supone el Año Nuevo un reto?
Hace 4 años
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