A través de la cerca, entre los huecos de las flores ensortijadas, yo los veía dar golpes.Venían hacia donde estaba la bandera y yo los seguía desde la cerca. Luster estaba buscando entre la hierba junto al árbol de las flores. Sacaban la bandera y daban golpes. Luego volvieron a meter la bandera y se fueron al bancal y uno dio un golpe y otro dio un golpe.
Después siguieron y yo fui por la cerca y se pararon y nosotros nos paramos y yo miré a través de la cerca mientras Luster buscaba entre la hierba.
«Eh, caddie». Dio un golpe. Atravesaron el prado. Yo me agarré a la cerca y los vi marcharse.
«Fíjese». dijo Luster. «Con treinta y tres años que tiene y mire cómo se pone. Después de haberme ido hasta el pueblo a comprarle la tarta. Deje de gimplar. Es que no me va a ayudar a buscar los veinticinco centavos para poder ir yo a la función de esta noche».
Daban pocos golpes al otro lado del prado. Yo volví por la cerca hasta donde estaba la
bandera. Ondeaba sobre la hierba resplandeciente y sobre los árboles.«Vamos». dijo Luster. «Ya hemos mirado por ahí. Ya no van a volver. Vamos al arroyo a buscar los veinticinco centavos antes de que los encuentren los negros».
El Ruido y La Furia (1929)
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Hace 4 años
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