San Valentín

Salió de la oficina precipitadamente. Bajó al aparcamiento donde arrancó su deportivo disfrutando del rugido de su motor. Dejó el subterráneo detras encabritando todos los caballos de la máquina. Le gustaba correr, se sentía poderoso. Pero además tenía otro motivo. Recién casado, estaba profundamente enamorado de su mujer. Una preciosidad inteligente, culta, con un gran don de gentes y extremadamente sensual. Ella había cambiado su vida y le había devuelto la fe en la pareja depués de una expriencia nefasta.
 Pensaba en todo esto mientras corría a su casa. En el cd sonaba "Breakthru" de "Queen". Antes de terminar el tema entraba en el aparcamiento de su piso de lujo. Seguro que ella lo había visto llegar y lo abroncaría tiernamente. Además era San Valentín y el llevaba consigo los carísimos bombones artesanos ante los que ella perdía el control.
 Entró en casa. La luz de unas velas compensaba la falta sde luz del atardecer. Un tango instrumental- "por una cabeza"- fluía por el aire. Ella apareció con un vestido nuevo, negro y con la espalda descubierta hasta muy abajo. Le dió un beso cálido de terciopelo y lo envolvió con su delicioso perfume.Ella lo condujo hasta el salón. Allí el marisco ocupaba una mesa exquisitamente puesta. Ella lo atrajo hacia sí y condujo la mano de él hacia su sexo mientras le susurraba
- Coge fuerzas, mi amor, porque yo soy el postre.
Naturalmente no terminaron de cenar y tomó el postre bajo las sábanas.
 En el piso de arriba....
- Lo has oido Juana.. Para mi que está hablando solo. Pobrecillo. Está mal
- Y como estarías tú si tu mujer hubiera muerto por una imprudencia tuya y el forense te dijera que estaba embarazada de dos meses.

2 comentarios:

Chela dijo...

¡Un aplauso!
Me gustó el relato. Una recriminación amorosa con final feliz.
Un abrazo.

Leonidas dijo...

Gracias por tu comentario, pero vuelve a leer el final, que tiene sorpresa. Espero que estés bien. Te sigo en tu blog, que sigue estando muy bien.

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