El Belén, también llamado Nacimiento



Corrían los primeros setenta cuando empecé a participar en la tradición del Nacimiento, pués Belén solo era una amiga de mi hermana y un sitio donde había nacido Jesús, también conocido como"niñojesús".
 Todo comenzaba por la sugerencia, a primeros de diciembre, de mis padres. ¿Porqué no ponemos el nacimiento?, lo cual significaba "niños poned el nacimiento".
 Este dormía el resto del año en cajas de cartón, bastante cutres, que compartía, en un altillo, con las bolas de navidad y los adornos del árbol.
 El lugar donde instalábamos tal obra de arte era una estantería del mueble del salón, entre la tv y la máquina de coser de mi madre. Nuestro nacimiento se componía- como no- de portal de Belén (manera de denominar una cueva de madera(...) con su familia y el ganado tradicional de barro que cada año sufría algún percance fatal. También un angelito que había que clavar en la entrada de la cueva-Aquello me pareció siempre una forma inadecuada de tratar a un mensajero de Dios-.
Fuera del portal, a unos centímetros  estaba el castillo de Herodes. Detengámonos un momento en esta fortaleza. Se trataba de un palacio inverosímil de plástico y de un tamaño un poco menor del portal (?). Por si fuera poco lo situábamos en una colina hecha con un cuenco- Uy perdón,quería decir un bol- de duralex que, como su propio nombre indicaba era irrompible.
 El asunto se complicaba cuando había que extender musgo por el suelo. Este se resistía a adherirse al cuenco que emergía, victorioso, dando a la escena una pinta tipo "Expediente X" con el palacio de Herodes encima de una nave especial que emergía de la tierra que parecía sacada de "El Caballo de Troya" de J.J. Benítez.
 No podía faltar el inevitable río- todo el mundo sabe la cantidad de ríos que hay en Tierra Santa-, de papel de plata, sacado de una tableta de chocolate de nuestras gloriosas meriendas. Capítulo aparte habría que dedicar a los Reyes Magos que debían recorrer el espacio de 50 ctms en un mes. Nuestros Reyes eran, comprados posteriormente al portal, gigantes. Un camello podía saltar el portal sin esforzarse demasiado. Además recuerdo que los Reyes Magos eran extrañamente bajitos y cabezones. Yo creo que, en realidad, eran la tripulación de la nave.
 Pero aquí viene lo mas genial. Ya fuera porque no había presupuesto, o por que a mis padres no les dió la gana- hipótesis mas probable- a los reyes no les compraron pajes pajes. Pero como eran muy tradicionales decidieron tenerlos y secuestraron unos aguerridos legionarios romanos de mi propiedad para tal función.¡Si César levantara la cabeza!. De todas formas debo decir en su descargo que los legionarios se resistieron. Así lo prueba el hecho de que algunos sufrieran graves mutilaciones. El infundio que se extendía por mi casa sobre que eso se debía a que yo era muy bruto jugando no tiene base.
 Las visitas, siempre prudentes, alababan esta escena dantesca con un cinismo muy navideño. Sobre todo la pequeña figurita del "niñojesús" que decían que sonreía. A mi la expresión me parecía de pánico.
  Aunque hay que decir que nunca llegamos al extremo de un amigo mío que, años mas tarde se convirtió en un consumado maquetista e hizo su propio Nacimiento. En este, y ante un letrero que ponía "A Belén", varios soldados de élite israelies repelían un ataque de la OLP.
 Si se portan bién otro día les cuento lo del árbol de navidad, que también tiene lo suyo.

2 comentarios:

Egeria dijo...

Siempre sospeché, que tenías amigos raritos, pero no tan burros -entiéndase burros, por brutos-
El resto del relato, divertidísimo, por favor, si el del árbol es tan divertido, no nos hagas esperar a las próximas navidades.

Leonidas dijo...

Si yo te contara...... Lo del árbol lo dejaremos para mas adelante no sea que me cierren el blog. Jajajaja...!

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