Soneto a Chillon¡Espíritu eterno de la mente sin cadenas!
¡Libertad! Más brillante resultas en las mazmorras,
pues allí tu única morada es el corazón,
el corazón al que sólo el amor por ti puede atar.
Y cuando tus hijos son enviados a los grilletes,
a los grilletes, y al húmedo sótano de penumbra sin día,
su país vence con su martirio,
y el nombre de la Libertad halla alas en el viento.
¡Chillón! Tu prisión es sagrado lugar,
y tu triste suelo un altar, pues fue hollado,
hasta que sus pasos dejaron una huella
gastada, como si tu pavimento fuese un prado,
¡Por Bonnivard!, ¡Que no se borre ninguna de esas marcas!,
Pues ellas claman a Dios contra la tiranía.
Prisionero de Chillon (1816) |
¿Te supone el Año Nuevo un reto?
Hace 4 años
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