Uno de las primeras entradas que publiqué en este blog, dedicadas a la política, comentaba el primer congreso de UPyD- finales de 2009-, y lo hacía con una ilusión crítica.
Desde que, unos meses antes, había tenido conocimiento de este nuevo partido, había renacido mi ilusión por la participación política: Un partido de tercera vía, alejado del bipartidismo PSOE-PP que, cada vez mas, se parecía a la alternancia de la Restauración. Un partido que proponía una regeneración moral del sistema democrático, una recuperación de la soberanía nacional secuestrada por minorías nacionalistas insaciables y cada vez mas influyentes, un partido de intelectuales antifranquistas que reprochaban a los "progres" disculpar el islamismo y, a la vez, declararse feministas. Todo ello me gustaba y, entonces lo seguí
Un año y pico después mi desilusión es clara y creciente. El transversalismo ha dado paso a una ideología difusa que se expresa de forma distinta según el foro correspondiente. Los intelectuales que acompañaron su nacimiento como Arcadi Espada, Albert Boadella o el economista Mikel Buesa se fueron descolgando. Su principal crítica fué que Rosa Díez, el rostro de UPyD y Gorriarán, como su escudero estaban matando la democracia interna. Es decir, hacían lo que criticaban en otros. Luego surgieron abandonos de militantes agrupados en torno a Webs y Blogs que denunciaban lo mismo.
El I Congreso fué una esperanza. Intervenciones como las de Savater o Vargas Llosa fueron brillantes, pero no pudieron evitar unas conclusiones difusas, embrolladas, generales, cuando no absurdas. Me refiero sobre todo al concepto de "Federalismo Cooperativo". Es decir, para combatir ideológicamente al nacionalismo se le intenta contentar con una de sus reivindicaciones: El Federalismo- volvíamos a los errores de 1978.
Aunque la postura del partido en temas internacionales era, en ocasiones, clara (Sáhara, Cuba, etc.). Lo interno estaba por decidir. Cada vez mas alejado de las ideas del "Grupo de Euston", que pretende refundar una nueva izquierda, los candidatos de UPyD, perfectos desconocidos o colaboradores antiguos del felipismo- no se que será peor- se convertían en pretorianos de Rosa Diez, que transformaba en posiciones de partido sus ideas y comportamientos personales- Apoyar, por ejemplo el "Desfile del Orgullo Gay", cada vez menos sostenido por asociaciones de gays y lesbianas-. Ello dió lugar a un progresivo endiosamiento de la líder- con meteduras de pata no corregidas como su alusión despectiva a los gallegos-.
En fin, como uno estaba ilusionado, dejaba pasar estos "pequeños" detalles. Pero el colmo ha llegado esta semana cuando Rosa se ha negado a apoyar una manifestación de las víctimas del terrorismo contra la negociación con ETA. Un partido que nació del Foro de Ermua no puedse hacer eso sin suicidarse moralmente. Además, a preguntas de la prensa, Díez no trató, siquiera, de justificar la postura. Los "mal pensados" dicen que trata de arañar votos a un PSOE en declive y por eso no quiere hacer olas en el tema del terrorismo, para que no la llamen "facha". Se equivoca la Sra. Diez, o sea UPyD. La defensa de principios morales no solo es necesaria en nuestra sociedad, sino imprescindible. Pero es que además, a medio plazo, sería rentable politicamente. Mientras nuestra sociedad se hunde en un marasmo subsidiado, donde un partido va a ganar las elecciones solo por que muchos creen que es el mal menor, necesitamos políticos democráticos capaces, humildes, conscientes de su transitoriedad, que nos hablen claro y sean consecuentes. Yo creí que Rosa Díez era así. Me equivoqué.
Mientras tanto suenan en mi memoria las palabras de Winston Churchill, :"El fallo de nuestro tiempo es que los hombres no quieren ser útiles sino importantes".
¿Te supone el Año Nuevo un reto?
Hace 4 años
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