La Conversación

El día había sido agotador. A la discusión siguió mi “huida” de casa. Había conducido hacia la casa de la aldea mecánicamente, con la cabeza bulléndome. Cuando llegué a la casa agarré un pack de cerveza “Guinnes” de la nevera y puse música de Sinatra, de la época del sello “Reprise”, la mejor para la melancolía. Me dejé caer en una mecedora que había junto a la chimenea y apuré los seis botellines. No sé cuanto tiempo pasó hasta quedarme profundamente dormido. Me desperté placidamente tras un extraño sueño y sentí la irresistible necesidad de llamarla

- Hola, princesa
- ¿Eres tu?.¿Pero sabes que hora es?
- “Es cierto, que oportuno”. Verás, es que…. No sé por donde empezar
- ¿Pero no querías un tiempo para pensar?
- Si, si, lo sé, perdona. Es que ha ocurrido algo
- ¿Estás bien? ¿Qué ha ocurrido?
- Estoy bien, tranquila. No me ha pasado nada malo. Es que no sé por donde empezar.
- Mira. ¡es muy tarde y no sé lo que quieres!- me revuelvo nervioso en la silla-.
- Decirte que te quiero. Que no puedo vivir sin ti.
- No te entiendo, hace unas horas me dijiste que te agobiaba con mis planes de futuro. Que querías replantearte nuestra relación.
- Es que estaba durmiendo y tuve un sueño extraño.
- ¿Me estas diciendo que has cambiado de opinión por un sueño?, ¿tu flipas?
- No, veras……es que de repente lo he visto claro.
- ¿Qué has visto claro el que?..¿ Tu sabes como me has dejado?
- De eso se trata. He visto claro lo nuestro. Nuestra relación. ¡Por favor, escúchame! . Se trata de mí. El problema soy yo. Sabes que mi historia con las mujeres no ha sido fácil. Y entonces llegaste tú
- Ya. Todo eso está muy bien. Pero yo no tengo la culpa. El daño te lo han hecho otras.
- Cierto. Y no lo quería ver. Pero ahora lo tengo claro
- ¿El que tienes claro?.....
- Que no se si lo nuestro saldrá bien, -lo estás arreglando-, pero sí se que sin ti nada saldrá bien
- ……………….¡Mi amor!
- Si quieres vuelvo ahora mismo
- ¡Como eres!. Te salvas porque nuestras discusiones acaban con apasionadas reconciliaciones
No pude evitar, de camino al coche, esbozar una  sonrisa.