El "Galatea"

 El navío fué botado en 1896, en el astillero Anderson Rodgers de Glasgow por encargo de la naviera Sterling and Company. Su casco era de acero, desplazaba 2757 toneladas, tení­a una eslora de 74,87 metros, una manga de 11,85 y un puntal de 7,85 con un calado a proa de 5,20 y de 5,80 en la popa.  Podía desplegar 21 velas y su palo mayor era de 54 metros de altura.
 Fué bautizado como "Glenlee" y dedicado al transporte de grano entre Gran Bretaña y sus dominios en el Pacífico. Dos años despuès es sustituido por un vapor y vendido a otra naviera. Rebautizado como "Islamount" continuó con sus rutas habituales.Durante la I GM fué utilizado como guardacostas. En 1919 fuè comprado por la  naviera genovesa "Stella, Societá Italiana di Navegazione", donde recibió el nombre de "Clarastella". Fué dotado de  propulsión mecánica, poniéndole en la popa dos motores diesel Ansaldo, de 450 cv  con los que podía alcanzar los 8 nudos.
 En 1922 fué comprado por la Armada Española para sustituir al "Nautilus" como buque-escuela. Los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz lo transformaron en Buque-Escuela de Guardiamarinas,según contrato de 30 de abril de 1923. En 1925 inicia su primer viaje con alumnos . En 1928 es sustituido por el "Juan Sebastian de Elcano" como aula flotante, pasando a ser buque-escuela de maniobra para suboficiales. El 18 de Julio de 1º936 consigue burlar a la flota republicana y llega a Ferrol. En la II Guerra Mundial estuvo a punto de ser hundido por un submarino alemán. En la postguerra su actividad se reduce al mínimo. En 1959 es amarrado definitivamente al Arsenal de Ferrol. Había hecho 4.000 singladuras bajo nuestra bandera. En él se formarán los contramaestres hasta la década de los setenta.
 Luego comezó su larga e inmerecida agonía. Nadie se atrevía a ordenar su desguace y el buque languidece, sucio e infestado de ratas. En 1980 es desalojado y se desoyen las voces que piden su salvación. Algunas ciudades se interesan por él,incluso la expo de Sevilla. En 1985 llega a Sevilla donde yace abandonado, sin palos, sin mascarón. Sufre incendios e inundaciones. En 1992 se decide su subasta. Para nuestra vergüenza es Glasgow quien se lo lleva (¡solo 8 millones de pesetas, en el año del "pelotazo"!). En 1993 abandona aguas españolas para siempre.
 En Escocia es restaurado y rebautizado "Glenlee". Allì sigue como museo flotante

Página web:http://www.glenlee.co.uk/newsite/

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Era una tarde de primeros de septiembre de los setenta cuando procedentes de varios puntos de la geografía española, los aprendices y futuros contramaestres, pisamos tierra gallega. Nuestros comienzos en el cuartel de marinería de San Fernando (Cádiz), nos adentró en la férrea disciplina militar, para una vez asignada la especialidad ser destinados a las diferentes escuelas de especialistas, tras un merecido mes de descanso.
A pesar de los años transcurridos, me queda aún grabada la imborrable y nítida imagen tan entrañable, de un mítico Buque Escuela Galatea mecido por las verdes aguas del Atlántico.
En aquella tarde plomiza, oscura y lluviosa, nos daba la bienvenida tres mástiles cruzados y un bauprés, que a ras del espigón, enfilaba hacia la rampa de Mugardos. La bajamar obligaba a bajar el portalón, dado que el barco estaba más bajo que el pantalán del muelle.
Una sensación de cansancio e incertidumbre invadió lentamente todo mi cuerpo y por primera vez, bajo la incesante lluvia y el trinar de los silbatos gorgorear, adiviné el significado de esa mezcla de nostalgia que conduce a ese otro estadio más profundo que es la morriña
A pesar de descansar en coyes de lona, picoteados por una fauna y envueltos en una manta de lana hasta las orejas, no pegamos ojo por culpa del repique que provenía de la sala de calderas y morada del fantasma. Por la mañana la sensación de desesperanza seguía rumiando en el interior de nuestras apesadumbradas mentes, o al menos de la mía.
Al alba, desayunamos chocolate con leche en polvo servido en gaveta, tres naranjas y galletas de la Factoría de Subsistencias… y tras formar para la revista de cubierta, bajamos al aula para la presentación del
profesorado y resumen del contenido académico: Maniobra, Navegación, Meteorología, Nomenclatura del buque, Seguridad Interior,
Señales por Scott, semáforo, banderas y gallardetes, Salvamento y Supervivencia, Reglamento para prevenir abordajes en la mar, Aprovisionamiento, Estiva de la Carga, Velamen , Nociones de construcción naval.
En la meridiana solar de la doce, el bricbarca Galatea estaba en todo su esplendor, hacía un sol radiante que iluminaba la Ría de Ferrol y la línea de flotación coincidiendo con la pleamar, emergía sobre el firme del muelle.
El espectáculo de ver dar el aparejo del trinquete, desplegando sus velas a los vientos de poniente, era tan grandioso e impactante, que para una persona que hasta entonces no conocía el mar, a excepción de lo bogado en las balleneras gaditanas de la isla de San Fernando, fue todo un flechazo.
La blancura radiante del casco y su esbelta y sinuosa figura, casi coqueta, la Nereida Galatea del mascarón de proa, traslucía reverberando sobre las aguas. Y por aura, una arboladura de cruces alzadas a un cielo reflejado, me hizo sentir orgulloso de haber llegado a la base naval de La Graña y ser un miembro más de la tripulación de un viejo velero del siglo diecinueve.
En este entorno naval, se desarrolla un aprendizaje marinero a cuya vida se debe un poema, pues aún conservo el chiflo de maniobra y talismán que me hizo contramaestre y navegar por siete mares.
Conviví a bordo con “Largo” que había navegado en Elcano, con un hueso que daba Maniobra Teórica, con el contramaestre de cargo y su ayudante que enseñaba nudos, cajetas, piñas, gazas y costuras, revisando de uno en uno, lo que siempre mandaba hacer con las manos detrás.
Deseo hacer mención especial a los compañeros de promoción del Buque Escuela Galatea y no quiero extenderme más en la Leyenda del Galatea y una Colisión en el Mar sin Nombre,( obra publicada por Alberto Vera Meizoso ) sin antes agradecer al autor su inestimable colaboración que sirvió de germen a esta obra.

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