Paseos

De repente el problema fué a peor. Había que operar, le dijeron a Diego. Así que metió sus libros, su portátil y su radio en la bolsa, con un neceser y algo de ropa e ingresó. Los antibióticos que le dieron hicieron que la cosa mejorara. Además le cambiaron de habitación y pasó de una de cuatro camas otra de dos.
 Cuando lo llevaron a su nueva habitación, la vió. Estaba sentada a los pies de la cama de un señor mayor. El señor se había caido en casa y ella era su sobrina. Aunque vivía en otra ciudad iba a visitarlo los sábados por la tarde. A Diego le gustó Isabel. Era una mujer atractiva,segura de si misma, tierna e inteligente. Y con un sentido del humor parecido al suyo, que todos decían que era muy peculiar y pocos entendían.
 Además enseguida congenió con Ramiro, el tío. Como a diego le gustaba leer, también le gustaban los relatos. Y aquel hombre que había pasado 30 años en el mar era como un personaje de Stevenson o Conrad. El viejo marino enseguida se dió cuenta del interés de Diego por su sobrina. sabía que ella estaba sola, después de una experiencia traumática. Y por lo que parecía a diego no iba a visitarlo ninguna chica "especial". Entonces, los sábados por la tarde se hacía el dormido para que ellos pudieran hablar.
 Y hablaban, ya lo creo. Hablaban de cine, de libros, de música,sobre todo italiana, de los sesenta y setenta, y se reían juntos... Y entonces Ramiro pasó a la segunda fase.
 Como resultado de la operación de Diego, el médico le había ordenado andar por el pasillo. Y Ramiro se lo dijo a Isabel. Entonces está le invitó a dar un paseo por el pasillo. Le cogió,suavemente, la mano y se la metio tiernamente bajo su antebrazo, a la vez que entrelazaba sus dedos con los del chico. Diego sintió un calor muy suave y agradable. Nervioso siguió a su "guía". Pasaron las semanas y Diego esperaba impaciente los paseos del Sábado. Ramiro, que lo veía nervioso, se felicitaba en silencio por el éxito de su plan.
 La segunda, y definitiva operción de diego fué un Viernes. Todo salió bien, pero cuando se despertó de la anestesia, el sábado, Ramiro ya no estaba."Le dieron el alta ayer, mientras te estaban operando", le dijo la enfermera. Y a Diego se le calló el mundo encima. Su timidez le había impedido decirle nada a Isabel, y ahora era tarde. No había dejado ninguna seña, nada.
 En unos dias el chico se recuperó y el médico le dió el alta. Llevaba en el hospital casi cuatro meses. Metió sus cosas apresuradamente en la bolsa y cogió un táxi. Llegó a casa, congelada y húmeda en aquel Febrero despiadado. Estaba mareado pero no tenía sueño.  estaba demasiado triste. Para hacer algo que distraerse se dedicó a deshacer la bolsa y colocar cada cosa en su sitio. Después se acostaría y se metería un programa doble de películas de Bogart para intentar sobrevivir al trance.
 Lo último que cogió fué el neceser. Vació su contenido y en su interior encontró un CD . Lo puso, y en ese momento se dió cuenta que en la carátula estaba escrito un número de teléfono.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen relato, a fe mía!

Bien conseguido y bien trabajado. Me ha gustado especialmente la presentación de Isabel, en el segundo párrafo, como se retrasa un poquito su aparición

Javier

Leonidas dijo...

Gracias, Javier, por tu opinión. Me alegro de que te gustara el relato. Un saludo

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