Amelia Earhart

Era bellísima, con un punto masculino que la hacía sexy. Lo tenía todo y todo lo perdió por un sueño, por que fué mas alla....
 Amelia Mary Earhart nació en Atchinson, Kansas, en el verano de 1897, justo cuando los EEUU estaban a punto de inaugurar su imperio a costa de España. Se crió con sus  adinerados abuelos maternos- su abuelo era ex-juez del Tribunal Supremo y banquero- y no le faltó de nada. Su padre intentaba abrirse paso como abogado pero la familia no se fiaba, lo consideraban un inepto.
 Enseguida Amelia dió muestras de hiperactividad. No le gustaban los juegos de niñas. Prefería subirse a los árboles o jugar con armas cazando ratas. Fué educada en casa por una institutriz. Comienza entonces una de sus grandes pasiones, la lectura.
 A los 11 años vió un avión por primera vez y no le impresionó. Su padre, debido a sus fracasos, comenzó a beber y ella se mudó con su madre a Chicago. Su nivel de vida descendió de repente. Durante la I Guerra Mundial se enroló como enfermera.En 1919 ingresa en la Universidad de Columbia al año siguiente, con 23 años, se reunió con su madre en California donde asistió a un "circo volante" tan en boga por entonces. Estos eran espectáculos de acrobacias aéreas protagonizados por pilotos desmovilizados del Ejército. Algo se removió en el interior de Amelia. Había encontrado su destino.Deja la universidad y  empieza sus clases con la piloto Anita Snook. Ahorró y se comprò su primer aeroplano, excedente de la I Guerra Mundial al que bautizó como "Canario". Enseguida tuvo sus primeros accidentes, normales en aquellos cacharros, pero no se arredró. Tampoco los reproches de la instructora que intentaba desanimarla de seguir como piloto.
   En 1922 consiguió su primer record de altura al alcanzar los 4.300 metros. Entonces se aburrió y dejo la aviación. Se compró un automóvil y recorrió, con su madre, la ruta de Los Angeles a Boston. Cuanto tenía 28 años se afilió a la Asociación Nacional Aeronautica y se dedicó a la venta de aviones y a difundir entre las mujeres el mundo de la aviación. Comenzaba a ser conocida en todo el país.
 En 1927 cambió su destino. La llamó el capitán Railey-por encargo del editor George Putnam- y le propuso ser la primera mujer en cruzar volando el Atlántico. Para alagarla la llamó Lady Lindy - en alusión a Lindbergh que había realizado su hazaña unas semanas antes. Ella aceptó pero para ir como pasajera, no como piloto. Así lo hizo acompañada de un piloto y un mecánico el 18 de Junio de 1928 entre Canadá y Gales. La prensa ignoró a los otros tripulantes y se centró en Amelia.
 Comenzó a dar conferencias por todos los Estados Unidos y publico su libro "Veinte horas, cuarenta minutos" sobre el viaje.  Al año siguiente organizó una carrera aérea solo para mujeres, a través de todo el país. Como consecuencia del éxito de la carrera las participantes fundaron la organización "las 99" para promover la participación femenina en la aviación. En 1930 fué cofundadora de la línea aérea que unía Nueva York, Filadelfia y Washington. Pero no se apoltronó y volvió a romper records, esta vez de velocidad.
 Iba acompañada siempre de Putnam. Se enamoraron y se casaron en 1931. Amelia tenía 34 años.
 Ya estaba preparada. Con el incondicional apoyo de su marido, en 1932, con su "Lockheed Vega" voló hasta Gran Bretaña. Hizo el viaje sin tomar café o té, solo oliendo sales y aterrizó en Irlanda del Norte. Batió el record de Lindbergh, fué la primera mujer en hacer la travesía y la primera persona en hacerla dos veces. Así era Amelia.
 Le llueven los premios. Giras por Europa y los Estados Unidos, donde fué condecorada por el presidente y fué la primera mujer en ser premiada por la Fuerza Aérea. Entonces suelta el "bombazo": pretende cruzar el Pacífico. Elige un avión "Lockheed Electre" y en 1935 comienzan los preparativos. También anunció que sería su última aventura. Iba a retirarse para dedicarse a la vida familiar.
 Frederick Noonan acompañaría a Amelia en el vuelo. Además irían dos mecánicos. Sin embargo el avión se estrelló en el despegue. Dos meses después, el  21 de Mayo de 1937 se iniciaba la aventura. Amelia tiene 40 años. Voló, primero, de Los Angeles a Florida; de allí a Puerto Rico y  Africa, siguiendo al Mar Rojo. El 17 de Junio llega a Calcuta (La India). El 27 llegó a Australia, enferma de disentería. Dos días mas tarde aterriza en Nueva Guinea-lleva a sus espaldas 22.000 millas-. El 2 de Julio de 1937 despega de nuevo con combustible para veinte horas. El tiempo es desapacible. Se pone en contacto con el Guardacostas "Itasca" a 20 millas al SO de las Islas Nukumanu, en Polinesia. Despues, nada..... Solo una llamada avisando de que el combustible se agota y que están perdidos. Se cree que el avión cayó al mar entre 100 y 60 millas de la Isla Howland.
 El propio presidente Roosevelt dirige las operaciones de búsqueda con 9 buques de la armada y 66 aviones. Tras 16 dias se abandona la búsqueda, a pesar de los esfuerzos del marido por financiar los gastos. Su desaparición ha sido objeto de todo tipo de teorias conspiratorias. Incluso se dijo que como era espía había sido capturada por los japoneses. A día de hoy no se sabe, a ciencia cierta, que ocurrió.
 Hoy, cualquier mujer que se ponga a los mandos de un avión, civil o militar, tiene una deuda con Amelia Earhart.

1 comentarios:

ATTICUS dijo...

Como me gustan estas historias,ya de estas no las escriben ni para la ficcion.
Desde luego ha sido un icono de la historia,del que mujeres y hombres tenemos que tener de referencia.

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