Entre la caridad y la indiferencia

 Los que se encuentran en una situación semejante a la mía me entenderán. Me refiero a los que luchan contra las limitaciones impuestas por una enfermedad o accidente, en mi caso un Accidente Cerebro-Vascular. Las secuelas pueden ir desde la pérdida de memoria a la parálisis total, pasando, como es mi caso, por una hemiplegia, contra la que lucho y a la que me dispongo a vencer.
 En mi contra tengo los informes médicos-que ya se equivocaron al augurarme un imposible control de tronco. También tengo en contra una lógica impaciencia que me urge y me desespera. Tampoco ayudan los necios que, en un ejercicio de sadismo estùpido, me auguran-sin base médica y menospreciando mi capacidad de lucha y resistencia- una nula recuperación.
 Por otro lado, están mis amigos, sobre todo una, que no dejan que me venga abajo. Creen en mi y hacen, afortunadamente, que mi autoconfianza crezca día a día.
 El tiempo podrá a cada uno en su sitio.Pero una cosa advierto. No me voy a rendir.No sé a donde llegaré, pero si a donde quiero llegar. A donde haga falta.Pues no me resigno. No me resigno a que esta sociedad- que ha sustituido la ética por la estètica-me aparque en un almacén(por muy lujoso que sea) donde pretende dejar a los que le recordamos que la vida es difícil y dura y que su hedonismo es una farsa de la que es muy difícil, aunque no imposible, escapar. Todos mis amigos, con alguien al frente, me ayudarán en una lucha que sólo puede acabar en victoria.¡Gracias y bienvenidos a la lucha¡.Nos veremos en la linea de meta. Al resto, adios.Si no aguantais el calor, salid de la cocina.El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.