Rouben fué un tipo culto e inquieto. Aunque formó parte de la gran generación de directores, algunos rasgos como su preparación y fascinación por la tecnología lo hacen singular.
Rouben Mamoulian fué un niño bien.Aunque emigrante, no se puede decir que lo pasara mal. Nació en Tiblisi (Georgia) en 1898, en pleno imperio ruso. Hijo de un banquero y de una actriz de teatro aficionado de origen armenio, fué educado en el mejor ambiente de Europa. Estudió el bachillerato en París y la carrera de Derecho en Londres.En 1916 monta su propia compañía de teatro. Su padre quería que fuera juez pero el joven Rouben decidió encaminar sus pasos al arte. Se traslada a Moscú para ingresar en la Escuela de Arte Dramático que dirigía Konstantin Stanislawski.
En 1920 vuelve a Inglaterra para dirigir teatro. Tres años después es contratado por Eastman, presidente de Kodak, para dirigir su compañía teatral en Rochester, realizando obras expresionistas. De allí pasa a estrenar en Broadway. Estamos en 1926 y el sonoro irrumpe en Hollywood. Entonces la Paramount se lanza a la caza de directores de teatro especialistas en diálogos. Uno de estos jóvenes realizadores es Mamoulian.
. En 1929 codirige con el gran Gehrswin, "Porgy and Bess". A continuación llega a la "ciudad de los sueños" y estrena "Aplauso" donde experimenta con las técnicas de grabación de sonido.Entre otras cosas, consigue aislar el sonido de la cámara para que no se filtre en la grabación. Dos años después, con "Las calles de la ciudad", adapta a Dash Hammett en una de las primeras cintas del "pre-negro", donde, por primera vez en el cine, aparece el monólogo interior. La película es un éxito. En 1931 en "El hombre y el monstruo" vuelve a innovar experimentando con efectos visuales, que, junto con la esplendida interpretación de Frederick March, constituye la mejor adaptación del "Dr. Jekill"
Con 32 años consigue sincronizar imagen y sonido con ritmo musical."Amame esta noche", con Gary Cooper, es la culminación de 3 años de experimentos audaces.
Al año siguiente emprende un camino mas convencional con "El Cantar de los Cantares" y "Cristina de Suecia" con las grandes Dietrich y Garbo respectivamente. Consigue "domar" a estas dos divas y el resultado es histórico.
En 1935 es de los primeros en experimentar con el "technicolor" en "La Feria de la Vanidad". Vuelve a entusiasmar a público , aunque no a crítica. Siguen "El Alegre bandolero" en 1936, y un acercamiento al mundo del boxeo en "Sueño dorado" en 1939, de Clifford Odets.Pero entonces, inteligentemente, para reciclarse, vuelve al teatro, pero en 1941 vuelve al cine con "Sangre y Arena", adaptando a Blasco Ibañez . También dirige a Tyrone Power en la segunda versión de "Las Aventuras del Zorro". El fuerte temperamento de Mamoulian malogra su dirección de "Laura", que abandona. Vuelve periodicamente al teatro y en 1957 dirige, para el cine, una versión musical de "Ninotchka" con Cyd Charisse y Astaire, en las que experimenta con el stereo.
Rouben lo ha sido todo. Tiene 60 años y no permite tonterias. Abandona el rodaje de "Cleopatra" y "Porgy and Bess" por discusiones con los productores.
Sus últimos años los dedica al teatro. Muere a los 90 años en Los Angeles.
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