La Oficina

Es un microcosmos en si misma. No importa que esté compuesta, tan solo, por media docena de personas. Es todo un mundo.
 El lugar se situa en pleno centro de la ciudad. Como diría un hortera, en uno de sus edificios emblemáticos. Quizás demasiado viejo.Eso sí, remodelado a la última. La oficina no reune condiciones para trabajar, pero eso es lo de menos. Lo mas interesante son sus habitantes.
 Primero está Bernard. Lo mejor que se puede decir de él es que lleva mucho tiempo en este trabajo. Por lo demás es un tipo frustrado. Rayano en la cincuentena se empieza a dar cuenta- ya era hora- que ha desperdiciado su vida.No tiene inquietudes, salvo el partido del domingo, y pasa el tiempo proyectando en los demás el desprecio que siente por si mismo. Tiene la suerte de que su limitada cultura y su, aún mas limitada inteligencia, no le permitan comprenderse a si mismo.
 Después está Chick . Chick es un individuo gris. Cual compresa publicitaria no se nota, no traspasa y no se mueve. Conocido como el escaqueado, su gran pasión son los juegos de ordenador- cuanto mas monótonos y simples mejor-. Su ventaja es que no molesta. Si se le pregunta, responde; eso si, sin entusiasmo.Si no, no. Su máxima aspiración es no hacer nada. Y a esto si que dedica todo su cerebro. Y como no es tonto ha perfeccionado métodos  para quitarse de enmedio. Desde deambular con un papel por la oficina con gesto urgente, hasta estudiar el ángulo de la pantalla del ordenador con respecto a la puerta, para no ser sorprendido.
 A continuación tenemos a Mike. Mike es, probablemente, el mejor. No es muy listo. Y esto hace que sea la mascota del grupo. Y no es grupo al que le gusten las mascotas excepto para martirizarlas. Mike es le mensajero. Tiene una paciencia infinita, mirada de perro pachón y cuerpo fortalecido por años de cargar cajas y paquetes. Pero, de vez en cuando a Mike se le agota la paciencia y torna la mirada en la de un peligroso psicópata. En ese momento es impredecible y es mejor no estar cerca de él. Afortunadamente esto ocurre muy de vez en cuando.
 Y luego está Joe. Joe vive en un mundo muy particular. Es una especie de superhéroe burocrático que toma sobre sus hombros el peso de la oficina. Lo cierto es que sus problemas familiares y su afición por la bebida no le dejan otra opción, otro clavo ardiendo, que entregarse al trabajo. Lo que ocurre es que trabaja mucho pero mal. Su perfeccionismo obsesivo le lleva a enmarañarlo todo. De todas formas, como los demás no trabajan, nadie quiere molestarse en corregirlo. Solo esperan que Joe se vaya de vacaciones para relajarse. Porque Joe los desprecia. Desprecia su indolencia y vagancia. Pero eso si, la sufre en silencio, como las almorranas. De cara a ellos es solícito, mas bien servil. Pero en sus fantasias delirantes se ve a si mismo salvando la empresa y siendo felicitado por ello, cosa que nunca ocurrirá.
 Este grupo de élite está "dirigido" por una pija, con despacho propio, a la que llaman de una forma en su presencia y de otra, bien distinta, en su ausencia. Ella se dedica a firmar lo que le ponen. Decir que ella está al mando es exagerar mucho. Como tantos jefes no quiere problemas. Quiere que se hagan las cosas sin preocuparse de como o quien las haga. Ella ya tiene bastante con preocuparse de su imagen y- según sus empleados- de practicarle sexo oral a su superior.

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