(Se oye un grito inidentificado en el teléfono y STANLEY lo tira. Disonancias metálicas sobre el fondo pianístico. Oscuro en las habitaciones. Exterior de la casa con luz nocturna. El piano de los
«blues» continua oyéndose durante unos momentos hasta que STANLEY sale de la casa a medio vestir, dándose un golpe con la puerta del porche, baja los escalones y en la calle se enfrenta con
la casa. Lo suyo es casi el aullido de un perro que alza la cabeza.)
STANLEY.—¡Stella!... ¡Stella, cielo, cariño! ¡¡¡Stella!!!
EUNICE.—(Desde arriba.) ¡No sigas aullando y acuéstate!
STANLEY.—¡Mi mujer!... ¡Quiero ver a mi mujer! ¡Dile que baje! ¡Stella!
EUNICE.—Acuéstate porque no va a bajar. Y no grites más si no quieres que venga la policía.
STANLEY—¡¡¡Stella!!!
EUNICE—No es posible darle una paliza a una mujer y después llamarla... Acuéstate, porque no
bajará... ¡Y eso que está embarazada!... ¡Pedazo de animal! ¡Eres un polaco de mierda! ¡Ojalá te
detengan y te den una manta de palos como la otra vez!
STANLEY.—(Sincero.) Eunice, quiero que mi Estrellita vuelva a casa.
(EUNICE. sin contestarle, cierra de golpe la puerta de su piso, STANLEY estalla a grito pelado.)
¡¡¡Stella!!!
(El clarinete acompaña ahora al piano del bar. Se abre otra vez la puerta del piso de EUNICE y
STELLA. en bata, baja muy despacio, las escaleras. Lleva el pelo suelto sobre los hombros. Ha
llorado, STELLA y STANLEY se miran uno a otro y se abrazan desesperadamente con un jadeo
animal. Luego, STANLEY se pone de rodillas en un escalón y hunde su cara en el vientre de STELLA
donde ya es perceptible el embarazo, STELLA se deshace en ternura y levanta a STANLEY apretando
su cabeza entre las manos, STANLEY abre la puerta y la arrastra hacia la oscuridad del
departamento, BLANCHE aparece en la galería del piso superior. Esta en bata y zapatillas y muy
asustada. Baja con miedo.)
Un Tranvía llamado Deseo (1947)
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