Había salido de la academia hacía unos meses y eran mis primeras Navidades como policia. En la Comisaría todos me trataban bien. Ya fuera por mis 20 años recién cumplidos o por el consiguiente acné. El caso es que, cuando uno de los veteranos me insinuó que le cambiara el turno de Nochebuena, no me lo pensé. Me debería una; además, como había dicho él:¿Que podía pasar en nochebuena?.......... con todo el mundo en familia y llenos de buenos deseos. En aquel momento no entendí el sarcasmo. Y llegó la noche. Turno de doce a ocho de la mañana en un coche patrulla que ya no pasaría la ITV con un compañero que tampoco. Para empezar venía de casa, de discutir con la "parienta" como decía èl, y borracho.(Yo, por mi parte, al estar lejos de la familia, había cenado en Comisaría) Enseguida me ignoró. Cuando llevábamos un par de vueltas a nuestra zona asignada, dijo: Chaval, aparca en ese callejón y no me despiertes hasta las ocho. Como no querìa discutir y, además, no me convenía, lo hice. No había pasado ni media hora cuando la Central avisó de una posible disputa familiar. Nos dió la dirección y fuimos para allà. ¡Nunca había oido jurar de la forma en que lo hacía mi veterano compañero!. Al llegar a la zona una señora nos esperaba en el portal: Anciana, aspecto descuidado, bata de guatiné, rulos a modo de casco. - ¡Ay agentes, ha pasado algo, estoy segura¡ Mi compañero preguntó, divertido: ¿En su casa? -No. Es mi vecina.Vive con su marido, jubilado. Hoy tenían cena con los hijos . Primero se oyeron villancicos, sabe. Despuès gritos, algo de un testamento, y despuès golpes. Yo no es que me quiera meter, sabe....... Pero no pude evitar oirlos - Ya, ya, decía mi compañero, entre sarcástico y resignado. Entretanto llegamos al piso que estaba cerrado. Nadie respondió a nuestra llamada. Ni siquiera cuando nos identificamos como policias. Casualmente, la vecina, cuando la íbamos a despedir, saco una copia de la llave de los vecinos Entramos con precaución, màs por entrenamiento que por otra causa. Todo tranquilo. Solo suena una tele. Al fondo una cocina con reciente actividad y un salón iluminado, que al enfilarlo nos mostró una imagen dantesca. En una mesa puesta para la cena, había varias personas, ¡Todos muertos¡. La mesa la presidia el señor mas mayor, debía ser el abuelo. Estaba echado hacia atrás, con un pavo entero incrustado en la boca y la dentadura rota; parecia asfixiado. A su lado un hijo o yerno, por su edad, estaba caido sobre una sopa de marisco con un frasco de colonia vacio, cuyo contenido parecía haber ingerido. A continuación una señora de su edad con unas extensiones capilares oprimiendole el cuello y el rostro violàceo. En el extremo de la mesa otra señora, de la edad del abuelo, con un tenedor de trinchar clavado en un ojo. En la otra banda de la mesa un tipo de mediana edad, con unas estrafalarias gafas, parecía haber sufrido un golpe en la sién con una tableta de turrón duro,trozos de la cual todavia estaban pegados en la herida. Por ùltimo, una chica, que podría ser nieta de los ancianos o hija de cualquiera de los otros, estaba echada hacia atrás tenía las manos en el cuello donde lucía un collar de perlas con el que parecían haberla estrangulado. La silla de su lado estaba vacía, pero de la enorme lámpara de cristalitos colgaba, ahorcado, un joven bajito y moreno, que bien podría ser su marido. Pendía de una corbata que aún conservaba parte del papel de regalo. Mi compañero se volvió hacia mi y me dijo: Llama al subinspector de guardia al juez y al forense.¡Ah! y, por cierto, feliz navidad. En la televisión sonaba un villancico de Dean Martin.....
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Despedida del Peregrino
"Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te guarde en la palma de sus manos"
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