¿SOY JOSEF K.?

Desde lo mas profundo de mis pesadillas suena el teléfono.
- Hola, corazón, ¿has ido a entregar la solicitud?.
La voz dulce de mi chica no hace mas amable el momento. ¡La solicitud!. ¡El plazo!. !El fin del plazo¡. ¡Mi vida termina hoy a las dos de la tarde!. ¡Y es la una y media!
De repente siento como mi corriente sanguinea se acelera. La dulce voz de mi chica pasa de susurro de Afrodita a Zeus tonante. Y lo peor es que tiene razón.
De todas formas ya no importa. Una única idea golpea mi aún dormido cerebro. Llegar a tiempo.
Me dirijo a la ducha dejando un reguero por el pasillo de prendas de dormir.Asalto la bañera sin darle tiempo al calentador a cumplir su función. Me enjabono con mas furia que prisa. El secado no es imprescindible. Me visto, o mas bien me enfundo, en lo primero que pillo. Bajo las escaleras al asalto y salgo a la calle atropellando a una vecina a la que ya no le caía bien antes.
Corro por la calle. Son las dos menos cuarto. Me falta el aliento y mi baja forma física se niega a obedecer a mi cerebro. ¡Mas rápido, mas rápido!.......Los semáforos son mis aliados y mis enemigos. Me dan un respiro pero aceleran la tragedia.
Son las dos menos siete, enfilo la calle de la oficina, veo las puertas del paraíso, o del infierno, según se mire. Un grupo d funcionarios se pone los abrigos para salir a fumar. Cosas de lo políticamente correcto. No les va a hacer gracia mi llegada. Efectivamente; a mi pregunta temerosa y educada ....¿Esta abierto? responden con un gruñido colectivo, bajo pero amenazante.Son las dos menos tres minutos. Lo he conseguido. Mi corazón no late de alegría porque casi no puede latir .
Una funcionaria, no fumadora al parecer, sienta sus reales al fondo. Para llegar a ella sorteo a otras probres victimas como yo.¡Que digo pobres victimas!, ¡Malditos rivales!.....
Con una sonrisa forzada me pregunta que deseo. Con mas desesperación que vergüenza le digo que sentarme. No empezamos bien, no tiene sentido del humor(por cierto que no sé por que extraño afan torturador han quitado las sillas del lado del público).
Llega el momento supremo. La funcionaria, en el pleno ejercicico de su "poder" me mira. Un rictus malicioso ensombrece su cara
-¿Ha traido la documentación?.
En un instante , a cámara lenta por la tensión, me oigo a mi mismo distorsionado
-Creo que sí.(Por cierto, en estos casos siempre es mejor la duda humilde que la seguridad, haganme caso)
Al tiempo, cual conejo de chistera, extraigo los papelajos de mi cartera. Arrugados pero vivos.
Vuelve a mirarme con desprecio. ¡Como me atrevo a maltratar el objeto sagrado de su existencia!.
Me mira por encima de los folios. Mira los folios . Me vuelve a mirar. Un destello de cazadora en su su mirada.
-Falta compulsar la copia del documento 23A. La sonrisa maliciosa otra vez.
El mundo se derrumba estrepitosamente. Las furias del infierno acuden a mis despojos.
- Lo siento, digo con voz suplicante, es que.............
Ella me mira, estoy seguro que su excitación es casi sexual. Como la de la araña ante la mosca atrapada.
Entonces ocurrió.
- La expresión depredadora.....¡Se enternece!. ¡No puedo creerlo!
Vamos a ver, espere un momento. Desaparece por un largo pasillo al final del cual imagino que aguarda Dios. Aprovecho parea relajarme. En la mesa expedientes a granel desmienten la era de las nuevas tecnologías. Un muñequito sucio y desgastado indica que hay niños de por medio. A lo mejor hasta tiene instinto maternal y todo. Los "pos-it" decorar su mesa y ordenador, que anteceden a una estanteria con mas expedientes y mas pos-it.
En esto vuelve. Con gesto condescendiente me advierte. Lo del documento 23A ha podido arreglarse. No ha sido fácil, pero ya está (o sea que le ha puesto un sello, una fecha y Zeus una firma; gran proeza).
Todavía incrèdulo y temeroso pregunto:
- ¿O sea que ya está?
Extendiendome un certificado, solemnemente dice,
-Sí
Me siento como Adán en la Capilla Sixtina. ¡Tengo vida!, ¡Existo!
Probablemente ella se sienta como el creador. Ha ejercido su poder hacedor y ha rescatado a un mortal.
Cojo el certificado, doy las gracias por si otro dia tuviera que volver al dantesco lugar y me dirijo a la puerta, donde saludo animado a los probos servidores públicos adictos a la nicotina.
La adrenalina me abandona, después de la batalla, Son las dos y veinte.
Ahora viene lo mejor. Al lado de la oficina hay una cafetería(Siempre hay grandes cafeterías alrededor de oficinas públicas). Entro en ella y pido un café mientras pregunto si queda tortilla. La camarera me dice que sí. Pido una tapa. Mientras espero cojo los periodicos disponibles. En esto llega la camarera con el café y la tapa. La tortilla tiene una pinta excelente. Me lanzo sobre ella. Hmmmm...Deliciosa. Es la tortilla de la Victoria.
Mientras me asomo a la vida de papel observo un anuncio en la contraportada: Oferta, por 1 euro mas el cupón: "El proceso" de Kafka.